No temas.
Si hay algo que los relatos de natividad tienen algo en
común, es el llamado angelical a No Temer. Una y otra vez estos seres invitan a
los hombres que son parte de la trama de esta historia, a no tener Miedo.
Navidad comienza con esa invitación: No Temas.
Que oportuno este saludo, pues es justamente nuestra
sociedad actual la que vive presa del miedo, del temor, la angustia, el horror,
el espanto.
Increíblemente, existen casi un 30% de la población mundial
que sufre de ataques de angustia, de pánico y diversos trastornos de ansiedad.
Fobias específicas a un determinado objeto. Ratones, arañas, edificios altos,
el centro de las ciudades, etc. Fobias sociales.
Esa sensación invalidante, que te quita la paz, que va
carcomiendo tu creatividad y las ganas de disfrutar de la vida. Esa angustia,
ese temor irracional que permea tu vida, te atrinchera hasta dejarte sin arma,
arrinconado en una esquina, con el deseo de que termine tu vida, pero por otro
lado con las ganas de salir corriendo sabiendo que puede quedar un último
resorte para impulsarte a esa tierra lejos de la ansiedad y de sus demonios que
gobiernan.
Es en esta ruta de miedos y de miedo al miedo donde aparecen
los buenos amigos, los familiares y te dicen: "Debes sentirte mejor",
"¿Qué pasó con la fe que tenías?, "Dios es más grande que tu
problema". Todas estas frases ayudan, sobre todo a aquellos que en verdad
no quieren levantarse, pero para este otro grupo de personas que en verdad sí
quieren levantarse, esos palmoteos no son más que cuchillos en lo profundo que
frustran más aún al guerrero que tiene intenciones de tomar sus armas, pero por
alguna azorada razón le ha costado el doble el levantarse, no por deseo, sino
más bien por fuerzas, oscuras hordas que lo empujan hacia abajo y que provienen
de las profundidades abismales de su subconsciente.
¿Se puede vencer a esta serpiente llamada Ansiedad?
Sí, se puede.
Pero nadie la vencerá por ti. No esperes nada de nadie. Eres
tú y solamente tú quien tienes en tus manos, en tu vida, en tus resortes
emocionales las capacidades para salir adelante, para vencer esa crisis de
pánico y quietarle el poder que dice tener, para vencer esa angustia producto
de un vaticinio fatalista de un futuro que no existe, anular el pensamiento
obsesivo de ese trastorno de ansiedad que te está demoliendo por dentro.
Quiero extenderte mi mano y decirte que caminemos juntos
este tramo, como dijo Winston Churchill: Si caminas por el infiero, sigue
caminando. La consigna es "No temas, Anímate, vamos paso a paso". La
ruta a la paz interior no se conduce a brincos ni en carros, sino caminado,
paso a paso, tenazmente, con pequeñas victorias que se van ganando una a una.
Pero existe el factor determinante. La ansiedad es
básicamente la expresión del ser que se siente solo, el ser que se ve aislado,
inseguro, carente de amor y afirmación. Yes en esa honda profundidad de su
soledad donde se hace caldo de cultivo del miedo y de todos sus engendros.
Por eso el angustiado necesita en sus ondas profundidades la
PRESENCIA presente de alguien que lo llena todo, DIOS. que esa persona que
lucha con miedos que arrastra desde los arcanos momentos de su vida, sepa que
ahora no camina solo, que la ruta la camina con un Padre amoroso, un Padre
paciente, que es todo Paz, todo Serenidad y todo Compasión. Que en la angustia
Él nos puede hacer más que vencedores.
Navidad nos recuerda el potente y tan actual llamado de
Dios: "No teman", porque han venido nuevas noticias de mucha alegría.
Ha nacido un Salvador.
Alguien que en la fragilidad humana se enredará en el telar
del sufrimiento humano y desde ahí se levantará para levantarnos y decirnos que
se puede, que el camino es difícil, pero que si vamos unidos podremos llegara a
cumbres insospechadas, a vertientes de realización, respirando nuevamente la
tan anhelada paz.
"No temas, no estás solo"
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