Padre nuestro, no estoy seguro donde está el cielo, pero la maldad que nos rodea me hace pensar que debes estar trabajando duro en la tierra.
Salvado sea tu nombre de todos aquellos que diciendo ser tus hijos viven como si no existieras.
No nos arrebates a tu reino sin antes haber dejado huellas en esta vida.
Hágase tu voluntad, aunque no pueda comprenderla, aunque duela, aunque me cueste la vida.
El pan nuestro, que cada vez es menos nuestro, sobre todo para pueblos enteros que mueren de hambre, permítenos distribuirlo con igualdad
Perdona mis dudas, mis preguntas, mis cuestionamientos como así también perdonas a los que se creen dueños de la Verdad y creen que Dios es un concepto más entre otros para codificar.
Que las dudas no nos lleven a caer en la rebelión pero líbranos también de vivir una vida cómoda y sin replanteamientos.
Amen
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