Estoy a una semana de mi cumpleaños. En medio de una de las encrucijadas más interesantes de mi vida.
Con mi familia salimos de Chile hace casi un año, en búsqueda de nuevos horizontes, creyendo en la dirección de Dios. Y Dios ha sido Bueno.
Hoy, por alguna razón recuerdo dos sueños muy nítidos que tuve en mi vida, uno hace casi 12 años, otro hace mas de 1año.
El primero fue el día cuando me bauticé.
En la madrugada, salgo en sueños de mi casa a trabajar a la "obra" donde se trabajaba de día y de noche. Llegaba a unas construcciones donde había gente de toda clase, edad y condición social.
Cuando llegaba le pedía al señor que nos recibió que quería trabajar pintando las paredes, con un grupito de niños que veía en mi sueño, pues es una verdad, no se nada de construcción. Pero el señor que me recibió me dijo:-Ulises, ya tenemos tu trabajo, tú vas a trabajar con el maestro de la obra para restaurar las herramientas que están dañadas, se las llevarás al maestro para que él las restaure-
El tiempo ha pasado y reconozco que hay veces que me siento alejado de ese sueño, pero Dios me empuja cada día a concretar esa visión.
Luego, recuerdo que estaba con Ismael Padilla en una convención en Arica, era Enero del 2010.
Tres veces siento un celular debajo de mi cama (Celular que nunca existió) y veo un hombre que afuera de la cabaña me dice:-Ulises, tienes que orar por la juventud, el Espíritu Santo vendrá sobre ellos-
Luego veía una multitud de ellos, vestidos de blanco, cantando, riendo,sonaba una música que daba sentido a sus vidas, era una música maravillosa.
Luego un anciano se acercaba y me decía:-Ulises, ellos no podrán cantar esa canción, hasta que tú la puedas crear-
Primera vez que escribo esto y lo cuento a muchos. No soy de andar contando por la vida cosas tan íntimas, pero necesito contarlo, necesito hacerlos cómplices por lo que vendrá. Por ahí escucho a los sociólogos decir que la juventud de hoy está en un sinsentido, fragmentada.
Yo creo que en nuestro continente puede volver a escribirse una nueva historia. Jóvenes comprometidos con los valores del Reino.
No se como haré lo que Dios me pide, pero de algo estoy seguro, me comprometo delante de ustedes a realizarlo. No quiero llegar delante de él y decirle que no pude hacerlo, por lo menos si no lo logro quiero llegar donde él y decirle que lo intenté y siempre estuve ahí.
El Espíritu Santo tiene en su agenda a los jóvenes de nuestros países y yo no puedo quedarme quieto.
