“Asado Término medio”
Era un lindo día, merecía aquel banquete. Los servicios estaban puestos, y ya aparecían esos panecillos amasados, listos para untarlos en aquel pebre exquisito.
No podía esperar, el olor inundó el comedor y nuestras papilas gustativas se retorcían de placer.
Ante nuestros ojos, ceremoniosamente bajaba de las nubes aquella maravillosa parrillada. Carne de vacuno, de cerdo, prietas, papas cocidas, chunchules, pollo.
Y por qué no, un refinado vino tinto para acompañar tal festín.
Pero algo nos detuvo.
Al realizar la incisión, cual artista de la cirugía parrillera, observamos que se desbordaba por doquier el juguito rojo, es decir, la carne no estaba lista, aún faltaban unas cuantas vueltas en las brasas.
Me di cuenta de 3 características principales que tenía un asado término medio:
1. exteriormente, da el aspecto de estar listo, en su punto exacto.
2. Al cortarse, demuestra que está casi crudo
3. Da puro jugo
En ese instante me bajó una suerte de revelación. ¡Cuántos de nosotros parecemos asado término medio! Damos el aspecto de estar listos, maduros, en su punto exacto, pero al ser examinados por esta “espada de doble filo” se desnuda la triste realidad… todavía falta cocción, madurez, por lo tanto, damos puro jugo.
A continuación, las 7 características de un Cristiano Término Medio (C.T.M):
Participa de los cultos, pero su vida no es un culto al Señor
Ofrenda al Señor como si fuese al niño del supermercado (es decir, lo que le sobra) pero en sus placeres personales es capaz de dar todo lo que tiene y aún lo que no tiene.
La Biblia es como un familiar lejano, reconoce que tiene importancia, pero no la suficiente como para tener una relación diaria con ella.
4. Es ligero en condenar a otros cuando caen, pero pide comprensión cuando él está en el suelo.
5. Puede predicar muy bien, pero su mal testimonio familiar habla más fuerte que sus lindas frases homiléticas.
6. Cuando hay que ayudar a otros, nunca tiene tiempo, pero para chatear, jugar pichanga, ver televisión, salir a vitrinear o carretear, puede renunciar al sueño si es necesario.
7. Puede trabajar en muchos comités y actividades de la iglesia, pero a la hora de tomar decisiones fundamentales, como con quién casarse, qué profesión seguir, qué amigos tener, sus decisiones carecen de convicciones cristianas.
Quién sabe a ciencia cierta dónde están estos cristianos término medio, quizás pueden estar más cerca de lo que pensamos, quizás algunos predican, enseñan, quizás algunos hasta sean pastores, diáconos o ejercen cargos de eminencia regional o nacional.
Pero de algo estoy seguro, cuando en algún rincón de la obra esté “dando jugo”, eso quiere decir que algún C.T.M anda suelto por ahí.
Era un lindo día, merecía aquel banquete. Los servicios estaban puestos, y ya aparecían esos panecillos amasados, listos para untarlos en aquel pebre exquisito.
No podía esperar, el olor inundó el comedor y nuestras papilas gustativas se retorcían de placer.
Ante nuestros ojos, ceremoniosamente bajaba de las nubes aquella maravillosa parrillada. Carne de vacuno, de cerdo, prietas, papas cocidas, chunchules, pollo.
Y por qué no, un refinado vino tinto para acompañar tal festín.
Pero algo nos detuvo.
Al realizar la incisión, cual artista de la cirugía parrillera, observamos que se desbordaba por doquier el juguito rojo, es decir, la carne no estaba lista, aún faltaban unas cuantas vueltas en las brasas.
Me di cuenta de 3 características principales que tenía un asado término medio:
1. exteriormente, da el aspecto de estar listo, en su punto exacto.
2. Al cortarse, demuestra que está casi crudo
3. Da puro jugo
En ese instante me bajó una suerte de revelación. ¡Cuántos de nosotros parecemos asado término medio! Damos el aspecto de estar listos, maduros, en su punto exacto, pero al ser examinados por esta “espada de doble filo” se desnuda la triste realidad… todavía falta cocción, madurez, por lo tanto, damos puro jugo.
A continuación, las 7 características de un Cristiano Término Medio (C.T.M):
Participa de los cultos, pero su vida no es un culto al Señor
Ofrenda al Señor como si fuese al niño del supermercado (es decir, lo que le sobra) pero en sus placeres personales es capaz de dar todo lo que tiene y aún lo que no tiene.
La Biblia es como un familiar lejano, reconoce que tiene importancia, pero no la suficiente como para tener una relación diaria con ella.
4. Es ligero en condenar a otros cuando caen, pero pide comprensión cuando él está en el suelo.
5. Puede predicar muy bien, pero su mal testimonio familiar habla más fuerte que sus lindas frases homiléticas.
6. Cuando hay que ayudar a otros, nunca tiene tiempo, pero para chatear, jugar pichanga, ver televisión, salir a vitrinear o carretear, puede renunciar al sueño si es necesario.
7. Puede trabajar en muchos comités y actividades de la iglesia, pero a la hora de tomar decisiones fundamentales, como con quién casarse, qué profesión seguir, qué amigos tener, sus decisiones carecen de convicciones cristianas.
Quién sabe a ciencia cierta dónde están estos cristianos término medio, quizás pueden estar más cerca de lo que pensamos, quizás algunos predican, enseñan, quizás algunos hasta sean pastores, diáconos o ejercen cargos de eminencia regional o nacional.
Pero de algo estoy seguro, cuando en algún rincón de la obra esté “dando jugo”, eso quiere decir que algún C.T.M anda suelto por ahí.
