13 sept 2011

DAVID


¿Qué dijo David luego de matar al gigante?. ¡Que buena HONDA!!!!!!

12 sept 2011

Nuestros primeros hermanos

Nuestros primeros hermanos no tenían templo donde reunirse. No tenían ministerio de música ni de jóvenes, no tenían liderazgo institucionalizado ni tenían campañas evangelísticas. No tenían seminarios teológicos ni librerías cristianas,tampoco medios de comunciación. Ni siquiera tenían la Biblia como hoy la conocemos.
Pero algo sucedió, que de ser 25.000 cristianos aproximados al terminar el año 100, llegaron a ser 20.000.000 en el año 310 antes de que Constantino metiera sus manos.

11 sept 2011

Solo la Iglesia cambiará a la iglesia.

Pablo me contó que el cambio de la iglesia depende de que nosotros entreguemos nuestro ser como un sacrificio vivo, que no nos amoldemos a los valores de la sociedad que le dan las espaldas a Dios.

Juan me aseguró que cuando estaba preso en Patmos, el Hijo del Hombre en sus cartas amonestó a algunas iglesias, en especial a comunidades como Éfeso, Sardis y Laodicea. Que se conviertan una vez más al Señor que las redimió..

Mateo me contó otra historia que me parece interesante.

Un día temprano, cuando el amanecer sorprendía a los discípulos en Capernaúm. Jesús ya venía de la oración de la mañana. Y luego de un austero desayuno caminan a Cesarea de Filipo, ya fuera de territorio Israelita.

Luego de un día de camino, llegan a Cesarea, ahí frente al palacio que construyó Herodes al Cesar y en dirección al gran palacio que los griegos habían construido al dios Pan. Jesús les pregunta a sus discípulos ¿Quién dicen los hombres que soy yo?

Todos respondieron lo que habían oído. Elías, Juan el Bautista, Jeremías o alguno de los profetas.

Pero Jesús pregunta:-¿Y ustedes qué dicen?-

Y Simón, atrás, que estaba como el burrito amigo de Shrek…Pregúntame, pregúntame!!!!

Jesús lo señaló y él respondió: -Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios Vivo-

-Dichoso eres Simón hijo de Jonás-le dijo Jesús- porque esto te lo reveló mi Padre desde el cielo, ya que al parecer tiene “Wifi” contigo. Te digo que desde ahora ya no te llamarás Simón. Desde ahora te llamarás “Rocky” (Pedro, en griego. “Pequeña roca”) y sobre esta Roca edificaré mi iglesia y las puertas de la muerte no prevalecerán contra ella. Y te daré las llaves del Reino de los cielos, para que todo lo que ates en la tierra sea atado en el cielo y todo lo que desates en la tierra sea desatado en el cielo.”

Hay algo que me parece interesante del relato que me contó Mateo.

¿Qué significa eso de atar y desatar?

Es una fórmula muy conocida en las sinagogas, los rabinos la usaban para tomar decisiones delicadas. Cuando “ataban” o “desataban” en la tierra, esto era como si Dios mismo estuviera acordando con ellos en el cielo.

En síntesis, es la convicción de saber que las decisiones que tomamos en la tierra, es como si Dios estuviera tomándola junto con nosotros desde el cielo. Las llaves del Reino en este pasaje son entregadas a Pedro, que nos representa a todos. Luego en Mateo 18:18, la autoridad de atar y desatar es dada para toda la iglesia. Eso es poderosísimo. Cuando dos o tres, cuando la comunidad de Cristo se pone de acuerdo en asuntos tan delicados como las relaciones fraternales dentro de la misma iglesia, es también Dios tomando la decisión junto con nosotros.

Entonces, ¿Quién cambiará a la iglesia?

La respuesta la dejó Jesús, él nos dio la autoridad para tomar decisiones guiadas por su Espíritu, autoridad para cambiar lo que necesita ser cambiado.

Jesús nos guía y acompaña con su Espíritu, soplando sobre nuestras vidas, pero Él no hará por nosotros lo que a nosotros nos corresponde hacer.

Él nos confió la iglesia, nos confió el Evangelio, nos confió su más preciado tesoro.

Es interesante en esta historia, que luego de que Pedro dijera tamaña revelación, en unos momentos después, se opone a que Jesús vaya a Jerusalén a enfrentar la Cruz.

Y así somos nosotros, somos como Pedro.

No tenemos problema en confesar el Señorío de Jesús a través de nuestras doctrinas y teologías varias. El problema es en nuestra praxis. No queremos ir a la Cruz con Jesús.

¿Y qué es la Cruz?

Obediencia al Padre hasta las últimas consecuencias y comprometerse con el prójimo hasta las últimas consecuencias.

Los siglos han pasado, vino Constantino que institucionalizó la iglesia, luego vinieron los abusos, el poder que encegueció a muchos llamados “Ministros del evangelio”.

Vientos nuevos se sentían en el siglo 16. Vino la Reforma magisterial con Lutero y compañía. Por su lado, los anabaptistas y su revolucionaria reforma radical.

El siglo 18 nos avisa que un avivamiento se siente en América. Luego las Guerras mundiales la posmodernidad aparece.

Entre iglesias que ofrecen shows y otras que se esconden en la trinchera del fundamentalismo. Me pregunto ¿Quién cambiará la iglesia?

La respuesta está en esas “Llaves” que al parecer se nos perdieron, a los pies de una pobre cruz manchada con sangre en Jerusalén.