23 ene 2013

El silencio puede matar


Escuchar es amar.

El autor del salmo 32 dice en un momento " Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día. "
En una sociedad que se dice "De las comunicaciones" se hace hoy más que nunca dificil escuchar al otro.
Estamos tan afanados por nuestras actividades que caminamos por la vida de espaldas a los demás.
Para aquellos que sufren o han sufrido traumas horribles el silencio puede ser tan devastador como el hecho mismo que provocó el trauma.
Se dice de un joven que frente a la terapia dijo: "Estoy cansado de todas sus respuestas.. ¿Hay alguien aquí que quiera escucharme de veras?".
Pero debo hacer una advertencia, escuchar no es fácil, porque para los que trabajamos ayudando a personas se nos hace casi una actividad profesional donde lo más importante es la eficacia de dar buenas respuestas y en ese camino olvidamos el solo hecho de "Estar ahí".
Por eso el autor del salmo se encuentra frente a un pozo monstruoso, el hecho de llevar a cuestas su silencio, como un fardo inaguantable.
En Dios encuentra un canal para desbordar su impotencia y sus miedos más profundos. En ese "Otro" que lo ama profundamente, el salmista encuentra ese brazo amigo tan necesario para seguir viviendo.
Como diría también la autora francesa Françoise Dolto: "Es necesario romper el silencio antes que el silencio nos rompa por completo".
Posiblemente hoy nos encontramos frente a este abismo, cargando con nuestros silencios impotentes. Posiblemente solos, lejos de los demás que viven sus vidas sin un minuto para nosotros.
Si es así, aún te digo, No estás solo(a)... Tienes a Dios, tienes un lápiz, un papel, te animo a que escribas y "describas" a tus monstruos, no los ocultes más, libérate y no dejes que tus huesos sigan envejeciendo.

Dios te bendiga.