12 ene 2009

Amor en la Juventud


Los dos errores de una relación afectiva en la juventud


1 Idealización:” El síndrome del espejismo”
Pocos fenómenos son tan usuales como los espejismos del amor. Tal vez llegues a casarte creyendo que estás enamorado, como los peregrinos del desierto que, hambrientos y sedientos, pueden llegar a convencerse de que a unos metros hay un oasis o un pueblo, ves un espejismo cuando idealizas, has perdido los estribos por alguien que ni siquiera conoces bien.

Ves al príncipe o princesa de tus sueños encarnado en esa persona, pero sólo se trata de una creación tuya, le atribuyes cualidades que por lo común están muy lejos de tener; quisieras que fuera como la has imaginado y te empeñas en que es así, pero todo lo has inventado tú, si detectas el error racionalizas diciendo que tú te encargarás de cambiar esos pequeños defectos, pero nadie debe pretender cambiar a su pareja, al empeñarte en hacerla a tu modo sólo conseguirá incomodarla, desarrollarás inseguridad en ella, temor al rechazo, disminución de su auto-estima y finalmente no solo no la cambiarás sino que terminarás haciendola perder las cualidades que inicialmente te gustaban de ella.
El amor ideal destruye, porque no existe. El amor verdadero no se crea a solas ni se da por que sí. Se construye entre dos personas afines y maduras que se conocen y aceptan como son.

2 Premura pasional: “ el síndrome empanada de queso” , De esas que no tienen nada de contenido y son "PURO AIRE".
Es lo que ocurre en los “noviazgos superficiales”, que son pura cáscara, en este sentido la cáscara es la pasión. No necesariamente hay idealización pero si una gran urgencia de ser querido y admirado, la relación se da con mucha pasión. Te gusta físicamente y emprendes la conquista de inmediato. ¡Ojo! “Cuanto más rápido más riesgos”. Este concepto de superficialidad se está convirtiendo en nuestro estilo normal de noviazgo o pololeo. Buscamos la intimidad con la otra persona pero muchas veces fallamos porque es más fácil adelantar la relación física que la intimidad del alma (la cual demora años) el problemas es: Por un lado hay un desequilibrio entre lo físico y la intimidad del alma; por otro lado muchas veces la intimidad física bloquea la intimidad del alma.
En la actualidad Muchas personas se casan y después de algún tiempo dicen, “pues yo no conozco a mi pareja”. Entonces, ¿de qué sirvió el noviazgo? ¿De que hablaron? ¿Que compartieron además de besos, caricias y palabras dulces?
Conocemos las leyes no escritas del noviazgo y muchas veces las seguimos. Sabemos como besar (Los ejemplos los tenemos en los medios de comunicaciòn), hasta quizás sepamos los pasos de cómo llegar al contacto con el cuerpo de la otra persona rápidamente.
Muchas veces él quiere mas de lo físico. Normalmente, ella quiere mas intimidad del alma y piensa que el interés físico del hombre refleja su compromiso hacia ella como persona, en esto ella esta equivocada y algún día probablemente, tendrá que pagar el precio.


Un noviazgo destructivo puede identificarse por tres características:
1 Está basado en los atributos físicos
: si tu pareja cambia de peinado o ropa que no es de tu agrado y por ese simple hecho sientes que lo (a) quieres menos, si te gusta demasiado lucir su belleza ante otros, o si por el contrario prefieres evitar reuniones sociales en su compañía para evitarte vergüenza de que te vean con alguien no tan favorecido, significa que tu amor es falso.


2 Viene acompañado de una gran impaciencia sexual: tienes constantes deseos de besar, abrazar, sentir la cercanía de ese cuerpo cálido, no concibes una entrevista en la que simplemente platiques o convivas, la razón principal de estar a su lado es encenderte con sus besos, pedirle que te recuerde cuánto te ama, decirle que tu amor es infinito una y otra ves.

3 Se presenta con exceso de celos y búsqueda de control: “¿Dónde anduviste ayer? ¿Por qué no me llamaste por teléfono? ¿Con quién hablabas en la calle esta semana? ¿Por qué no me avisaste que ibas a salir?”
El verdadero amor no asfixia, no quita la libertad jamás. Nadie es dueño de su pareja ni aún los casados. El amor real no lleva prisa y esta basado en el conocimiento profundo de la otra persona; en la aceptación total de sus virtudes y defectos.

Continuará...

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