5 feb 2009

Jesús


Jesús

Jesús ¿por qué no dejaste algún retrato de tu rostro?
Alguna débil silueta de tu maderosa risa
Si hubieses tenido algún Leonardo que te pintara
Veríamos tu mirada, para sostenernos en ella
En las tardes filosas, cuando nuestras flácidas piernas se derrumban

¿Por qué no apareces frente al universo entero y le muestras tus heridas como lo hiciste con tus amigos?

Jesús, dejaste tan poco
Que ya los niños no quieren creer
Has dejado tu rostro lejos de los muchos testigos de papel
Y aún muchas voces se han levantado para decirnos donde te escondes
Pero todas ellas tienen moscas

Será mejor así, pues tú vienes del misterio, de la noche infinita
Donde las manos de los zánganos no te pueden esculpir
Jesús, tú que te escabulles de los maestros, pero sales al encuentro de los pobres
Tú que tomas a los niños y a los adolescentes y los das por arquitectos de tu reino
Que riegas con tu sangre las manos ásperas de los esclavos

Así es entonces, un Jesús sin rostro
Pero es mejor así
Pues de seguro tu rostro lo hallaré donde todos los pintores fallaron
En cada uno de nosotros

No hay comentarios: