21 dic 2009

Duerme



El pequeño Jesús en el regazo de su Madre




Duerme, niño mío

Descansa en medio del forraje

Que mañana te esperan las lágrimas

y el dolor que a mi corazón desgaje.



En esta noche segura

Tus sueños son cometas sembrados

Pero cuando llegue la fatídica hora

No habrá más que azotes y clavos.



Duerme, niño mío

Que el universo te contemple taciturno

Pues ya habrá tiempo

en que llores por el hambre y por el mundo.



¡Deténgase reyes y caudillos!

Porque mi niño a despertado

Y en sus lomos no hay riquezas ni violencias

Solo humildad y compasión dulcemente surcados.



Pero veo tu natal reposo

Y prefiero ir yo al sangriento destino

Pues no hay dolor más espantoso

Que ver morir a la luz que de tu interior vino



¡Que toda la creación espere un momento!

Y dejen que lo acaricie mientras haya tiempo

Pues mañana no habrá quien le cante

Quien le bese o lo arrulle, aunque sea por un instante.



Pero no deseo entorpecerte

Pues no eres mío solamente

El que sufre también te espera

el desahuciado y el indigente.



Duerme, niño mío

Y aférrarte a mí, con tu pueril fragilidad

Porque el día se acerca

Cuando abraces desde un madero

a la ingrata Humanidad.


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