Tus pequeñas manos, refugio con olor a fruta y especias, a sopa y verduras, como aquellas primaveras perpetuas de infancia.
A lo lejos, te ves pequeña y preocupada, frágil, casi indefensa, cargando a veces con dolores invencibles, pero aún así te levantas para seguir luchando.
Y mientras las noches amenazaban con sus fantasmas, ahí estabas con tus blancas sábanas, en tu fortaleza nocturna, para escondernos como a refugiados en tu embajada del amor, esperando escondidos que el sol despunte otra vez.
Ahí estabas también, luchando con tus trapos húmedos, contra la fiebre terca que sacudía nuestro pequeña existencia.
Te pusiste al frente tantas veces, hasta que tuvimos la fuerza para enfrentar con hidalgía nuestros propios gigantes.
Soltamos tu mano y comenzamos nuestro propio vuelo.
Mujer de corazón interminable, aunque tus hijos caigan y sean llevados por las corrientes más oscuras, tú seguirás en pie, esperando que la vida triunfe, aun cuando las banderas de la muerte flameen victoriosas.
Por eso te amamos, porque si Dios tuviera rostro, sería el tuyo, inagotable beta de dulzura"
Para las tres mujeres a quién más admiro y amo. Rosa, Bárbara y Soledad. Mi Madre, Mi mamá Chica y mi Moyota.
Feliz día a todas las lindas Mamitas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario