La jauría estaba frenética.
Una demoledora máquina asesina avanza hacia las líneas de combate.
Muchas vidas se han apagado por la helada hoja de su espada.
Frente a él un jóven pastor de ovejas.
¿En qué cabeza puede caber la idea de que este muchacho gane la batalla, cuando en frente tiene a un asesino experimentado?
Sólo en la cabeza de AQUEL que hace Héroes de jóvenes anónimos.
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