6 jun 2011

Enséñanos a orar


Era de noche y el desierto olía a soledad. El frío impera en este paraje abandonado. Una brisa frugal nos recibe como anfitriona en medio de las piedras que aún en la noche se matizan entre el gris y el marrón. Podemos ver a lo lejos el brazo luminoso del Jordán, iluminado por esta luna llena. Nos alejamos más de la llanura del Jordán para internarnos en la soledad absoluta, en medio de grandes monumentos naturales, caminos abandonados, secos, sin vida.

Se dice que hace muchos años, este era un vergel, pero ya nada queda de eso.

Llevábamos horas caminando por una ruta escarpada, y en lo alto una cueva. Dicen que zelotes merodean estas cuevas. Jóvenes que abandonaron sus casas para enrolarse a la causa que inspiró hace siglos Judas Macabeo.

Hay una tímida fogata a la entrada de la cueva. Lo encontramos al fin.

-Rabí, llevamos días buscándote-

-Los esperaba amigos míos, acompáñenme en esta noche-nos dijo-

-Maestro, tú sabes que queremos conocer al Padre, pero no sabemos orar. Juan cuando vivió enseñó a sus discípulos a orar y esa oración se transformó en su misión. Enséñanos la oración que nos identificará con tu estilo de vida Rabí-

-Lo que me piden, es algo muy profundo. Orar al Padre es un misterio tan profundo e insondable, pero a la vez los niños más pequeños e inofensivos pueden acceder a él. es como un charco de agua, donde nada un gran pez y a la vez chapotea un pequeño niño-

-Intentaremos aprender Rabí, por eso te buscamos-

-Primero, Dios no es un soberano como los del mundo, que oprimen sin causa y obligan que se les obedezca aún en contra de la libertad de sus súbditos. Dios no se impone por decreto, él nos busca para que le amemos. Por eso le llamamos Padre, porque la base de sus relaciones no es el Poder sino el Amor.

Le llamamos Padre Nuestro, para que nadie sienta que Dios es patrimonio de uno solo, sino que es de todos aquellos que lo buscan.


"Que estás en el cielo", aunque todos sabemos que Dios está en todo lugar, el cielo es el lugar más alto que conocemos, de esa manera recordamos que a Dios se le debe poner en el lugar más alto de nuestra vida.


"Santificado sea tu nombre", como dijo Ezequiel, Dios santificará a su pueblo cuando los reúna del exilio. Hoy siguen habiendo seres humanos distanciados entre sí de diferentes formas. Dios insiste en juntarnos, en hacer de las murallas que nos dividen puentes para unirnos. Hacernos hermanos y más solidarios, en ese proyecto tan noble se santifica el nombre de Dios.


"Venga tu reino", a pesar de que la religión ha hecho que la vida espiritual se resuma en esperar a ser arrebatados al cielo, nuestra misión tiene que ser el trabajar para que el reino de Dios se establezca de manera definitiva en la tierra.


"El pan del Día del *Mañana dánoslo hoy", Oramos fervientemente por estar presente en la comida o el banquete que se servirá en la mesa del Padre, cuando nos sentemos junto a Abraham , Isaac y Jacob. Pero no solamente esperamos que esa realidad futura sea parte de un mañana lejano, sino que también hoy comencemos a ver aquellas cosas que son parte de la consumación de los tiempos. El Poder restaurador de Dios frente a la muerte, las enfermedades, las injusticias, queremos justamente verlo Hoy, no solamente mañana. Por eso decimos ¡Padre, haznos vivir Hoy lo que se vivirá en el Banquete final!

(* En griego, la traducción más correcta es "Pan del mañana inminente" que Pan nuestro. Pan en la mente de Jesús no es necesariamente Pan de trigo, sino una COMIDA. Los judíos esperaban una gran mesa y un gran banquete escatológico, como inauguración del final de los tiempos. Ese era el Pan del día de Mañana")


“Perdona nuestras Deudas, como también perdonamos a quienes tienen deudas con nosotros”, La comunidad que quiera tener a Dios como Padre, debe ser en esencia una comunidad que viva el Jubileo, donde nadie sea víctima de un sistema económico que más que aliviar la pobreza humana a hecho ricos solo a unos pocos. Una comunidad donde no haya esclavos de sus deudas, donde todos vivan con dignidad. Donde no falte el pan en la mesa de los seres humanos, porque seremos una comunidad de personas solidarias que con lo poco que tengo comparto con lo poco que tienen otros y así, los que no tienen nada puedan ser recibidos con amor y atención. Soltar y perdonar deudas, es actuar como Dios lo hace, tanto sean económicas como otro tipo de rencores y faltas de perdón.


“No nos dejes caer en la Tentación, más líbranos del mal”. Una comunidad que comienza a vivir las realidades del futuro, que es de influencia para la sociedad, puede ser a la vez bastante tentador. Puede renunciar a su vocación de ser peregrina en esta tierra y querer echar raíces transformándose en un imperio más.

La única y Gran Tentación que sufrirá esta comunidad es justamente ilusionarse con los valores de este mundo y dejar de ser la Comunidad del Padre amoroso, para transformarse en una estructura con todos los vicios que las otras estructuras de poder tienen.

Líbranos de ese mal, aunque no en el sentido de escapar de la tentación, porque todo aquel que quiera ser mi discípulo debe ser probado como el metal sobre el fuego. Por eso debemos decir, Padre, en medio del fragor de la jornada, no nos dejes ceder.


- Maestro - Le dijimos- pero lo que pides como misión en la Vida es muy difícil, nosotros solos nunca podremos llegar a ese ideal-

-Pero amigos-nos contestó- quién les dijo que para esta misión ustedes estarán solos, nunca lo estarán.

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