11 ene 2010

Evangelización en una sociedad pluralista (I Parte)

Introducción
Desde la segunda guerra mundial, hasta unas cuatro décadas después, el mundo vivió cierta estabilidad y el reparto del poder mundial estaba bajo dos superpotencias ideológicas y militarmente opuestas – Estados Unidos y Unión Soviética- , la paz durante la guerra fría solo fue alterada por pequeños y aislados enfrentamientos locales en diferentes partes del mundo.
Pero algo pasó desde 1989, cuando comenzó el desmoronamiento de la cortina de Hierro (junto con la caída del Muro de Berlín)
Este hito nos introduce en la formación de un nuevo orden social, político, económico, cultural y religioso en el mundo. No fue solo un cambio en nuestra concepción del mapa mundial, sino un cambio en la conciencia de la humanidad.
Los procesos de consolidación económica y política de los países que estuvieron bajo el régimen comunista, la incorporación de nuevos países miembros, el redescubrimiento de la riqueza cultural de los países de Europa Oriental. Todo esto despertó en muchas personas un entusiasmo por soñar un mundo más igualitario, de más oportunidades, de más justicia, más democrático. En síntesis, la década del 90 nos introdujo a una fe profunda en un mundo próspero.
Lamentablemente no todos los procesos que vivieron los países se compaginaron de acuerdo a este ideal y el horizonte cada vez se está viendo más negativo.
El acelerado progreso tecnológico y económico de algunos países industriales se distanció cada vez más de los países pobres del mundo, no sólo estos países no han podido ir al ritmo de las Potencias, sino que su economía ha decrecido alarmantemente. Esta realidad ha provocado que miles de personas opten por emigrar a otros escenarios más atractivos, provocando así en países desarrollados la llegada por aire, por tierra, por mar de personas y familias completas , que en calidad de clandestino pisan suelo extranjero.
Esto produce a gran escala un fenómeno lamentable, lo dramático del desarraigo familiar, las condiciones de trabajo infrahumano, la explotación, la persecución policial. Vivir sin un rostro, sin un nombre, sin una identidad en un país extranjero, es encontrase en la vulnerabilidad.
El sueño del dinero fácil, ha llevado a algunos a enfrascarse en el tráfico de drogas, la prostitución, la delincuencia.
Esta migración de nuevas culturas, la realidad de un sistema económico que hasta ahora no tiene adversario en el panorama mundial, la globalización que viene de la mano con la tecnología, ha traído una mezcla de culturas, religiones y maneras de vivir, que puede producir un gran enriquecimiento humano en la cultura que acoge o en su contraparte, racismo, persecución, intolerancia, explotación y marginación.
Todas estas realidades que vivimos, conscientes o inconscientes en este nuevo milenio, conlleva un gran desafío para nuestra fe y la manera en cómo las iglesias se paran frente a estas nuevas realidades. Tenemos por delante el desafío de afrontar con creatividad el futuro que irrumpió con fuerza en nuestra realidad.
Hablar de evangelización en un mundo Pluralista, es hablar también de cómo podemos hacer teología en la posmodernidad.
Para el hombre posmoderno, el pluralismo es un valor y esto se ha visto fuertemente en Europa, donde desde el Renacimiento hasta mediados del siglo 19, varios países pasaron del “Nacional- Catolicismo, Nacional-Anglicanismo o Nacional- Luteranismo” a un estado Laico.
En Latinoamérica, a pesar que el posmodernismo no ha calado de manera total en nuestras mentalidades, en muchos países la globalización ya es un hecho y las repercusiones ya están dejándose sentir.
Las iglesias en Latinoamérica se han caracterizado por su fervor evangelizador. “La defensa de la Fe” y “la pasión por las almas” han sido las dos principales características del movimiento evangélico latinoamericano. Resultado de ello, es el gran crecimiento del movimiento protestante en el continente.
Este fervor Evangelístico, también se ha caracterizado por el deseo de descubrir el método de evangelización que sea apropiado para evangelizar todo el mundo, en todos los contextos y en todos los tiempos. Como consecuencia, algunas iglesias han devenido de métodos en métodos, donde lo único “estable” es el “cambio”.
Como efecto contrario a este fervor por la evangelización, es un tenue fervor por hacer teología en estos nuevos escenarios.
Muchos líderes, no solo tienen poco interés por hacer teología, sino que lo miran con recelo, con sospecha, ya sea por “racionalizar” la fe, llevarla a dimensiones áridas y especulativas o poner en peligro las creencias ya establecidas.
Creo que frente a este desafío, es necesario una evangelización, como dicen las Escrituras, “a toda criatura”, pero esta criatura valorada no tanto como cifra o estadística de “Mercadeo Evangelístico”, sino en toda la dimensión de su dignidad como ser Humano integral.


Un vistazo al panorama actual
Evangelización en crisis:

1. La ciencia, la tecnología, la globalización y la secularización han reducido la importancia en la fe que promueven las iglesias tradicionales, el hombre tiene (Al parecer) ya tiene la manera y los medios para manejar las exigencias de la vida, lo que se busca es una espiritualidad de “Hágalo usted mismo”.

2. Como dice David Bosch: “En Europa, existe un alarmante punto de descristianización, ya en 1982 habían estadísticas que en Europa y Norte América, un promedio de 53.000 personas salen de la iglesia cada año salen de la iglesia de manera definitiva”.(1)

3. Aunque se ha intentado, cada vez es más difícil trazar el mapa en dos territorios, “cristianos y no cristianos”. Hoy vivimos en un mundo pluralista, donde musulmanes, budistas y gente de muchas creencias están en contacto diariamente. En España desde 1992, se hizo un acuerdo entre el gobierno y las tres religiones monoteístas (judíos, musulmanes y cristianos) para dar un paso en la libertad, igualdad y mutua cooperación entre estas tres religiones (2).
Proceso de igualdad que también asumen otros países de occidente. En 1999, en Chile se promulga en el DIARIO OFICIAL La Ley de libertad Religiosa y de Culto.

4. La teología de Europa y Estados Unidos, era (Hasta hace menos de un siglo) inobjetable, luego de varios episodios políticos y culturales en países más pobres, han provocado que nuevas iglesias provenientes de aquellos campos misioneros, hayan dado un paso de autonomía, mirando con sospecha y espíritu crítico, percibiendo las teologías y la eclesiología anglosajona como irrelevante (para el contexto latinoamericano, asiático o negro), especulativa, imperialista y salida desde el mundo explotador.
Eso ha provocado una incertidumbre al momento de hablar sobre “Evangelización”.



(1) David Bosch, “Misión en Transformación”, Ed. Desafío, Usa 2000, pag. 9

(2) Juan José Tamayo, “Adios a la cristiandad”, Ed. Sine qua non, Esp. 2003, pag.57

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