16 nov 2010

La espalda de Dios (dedicado a todos los que creen que ya no se puede seguir luchando)


Moisés estaba sumamente cansado. Necesitaba una señal de que Dios seguía caminando junto a él, a pesar de que el hostil momento que vivía lo llenaba de angustia.

Dios lo lleva a una roca y deja que vea sus "espaldas", pero no su rostro(Para la antropología Hebrea, una parte del cuerpo puede representar todo el cuerpo)

Es decir, ver las espaldas de Dios era como ver su rostro.

Y la imagen es hermosamente metafórica, porque el rostro habla de lo que está por delante, es como hablar del futuro, nadie puede conocer perfectamente el futuro, porque estamos aún limitados por el tiempo.

En cambio las espaldas nos llevan a lo que está detrás, a mirar el pasado.

Dios lleva al cansado Moisés, al agobiado hombre de Dios a una roca, lo cubre con su mano y luego le permite ver algo de su intimidad divina. Moisés lleno de angustia e incertidumbre, golpeado por todos los desafíos y momentos posiblemente durísimos logra ver las "espaldas de Dios".

En ese acto, Dios le está diciendo a Moisés:"Querido Moisés, ver mis espaldas es como ver mi rostro".

No podemos ver aquello que corresponde al futuro, lo que está por delante, pero en los instantes más duros de nuestra vida Si podemos contemplar sus espaldas, es decir, recordar aquellos momentos en el pasado, aquella enfermedad terrible, aquella noticia demoledora, aquel abandono de la persona que amabas, aquella soledad terrible y punzante de la que pensamos que no íbamos a salir vivos. Recordar que en aquel páramo de desolasión siempre estuvo Dios, con su presencia llena de misericordia y esperanza.

Y si ver sus espaldas es como ver su rostro, es pensar que ASÍ COMO DIOS ESTUVO CON NOSOTROS EN EL PASADO MÁS TRISTE Y TERRIBLE, ASÍ MISMO LO ESTARÁ EN EL FUTURO.

No se qué pasará el día de mañana, pero se a quién le pertenece el mañana.

¡Ánimo, no estás solo(a)!

No hay comentarios: