2 mar 2011

Rencor

¿Quién me sanará de este cáncer que corroe hasta la locura?
Miro al cielo en mi último arrebato de fe. Las estrellas me reciben como a un pródigo, me hablan al oído, me consuelan con arrullos maternales.
Vuelvo a mi lucidez y veo el camino. Todo este tiempo he venido arrastrando mi propio cadáver, almidonado de gusanos, lepra y amargura.
Llegó el tiempo de soltarlo, de dejarlo donde debe estar, en mi pasado.
Las cuerdas son dolorosas y se niegan a dejarme.
No puedo hacer nada por mi cadáver, lo debo abandonar en mi pasado.
Pero sí puedo hacer algo por mi futuro, aún respira y desea levantarse de entre las ruinas.
La brisa del norte entibia el aire, mientras el crepúsculo se levanta victorioso sobre las sombras.
La noche acabó, solté las amarras del rencor, me embarqué hacia las estrellas.
Donde hubo heridas, hoy brotan alas.

No hay comentarios: